El aislamiento es la capacidad de evitar que dos sistemas intercambien energía térmica debido al contacto directo de sus partículas.
La condensación es el paso de la materia desde estado gaseoso a líquido, debido a cambios en la temperatura o la presión. El caso práctico más frecuente es la formación de gotas de agua en conductos o superficies frías en ambientes con un mínimo de humedad.
Las temperaturas extremas requieren de soluciones técnicas y materiales especiales.
El frio extremo también requiere un tratamiento especial en técnicas y materiales.
En ocasiones buscamos una funcionalidad contraria al aislamiento térmico: la difusión o transmisión de temperatura.